ROMA.- El límite a la obtención “fácil” de ciudadanía italiana decretado el viernes por el gobierno de derecha de Giorgia Meloni -que implica que de ahora en más puedan acceder a la ciudadanía (y al pasaporte) solamente quienes tienen un padre o un abuelo italiano-, si bien causó shock en países como la Argentina y Brasil, tierras de emigración de millones de italianos hace más de un siglo, también hizo ruido en Italia..